Patricia Peña, experta en comunicación y derechos digitales: “Es importante que quienes buscan liderar ayuden a crear un clima informativo mucho más confiable”

Casi un centenar de líderes emergentes de todo Chile —muchos con aspiraciones al Congreso en las próximas elecciones en Chile— culminaron el primer programa de formación en liderazgo político impulsado por Más para Chile. Esta inédita escuela, desarrollada por la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica con el respaldo de VélezReyes+, busca fortalecer la democracia, formar liderazgos responsables y combatir la desinformación electoral en un entorno político cada vez más polarizado.

Inspirado en el modelo latinoamericano de RenovaBR, el programa reunió a 100 nuevos liderazgos de todo el espectro político —mitad oficialismo, mitad oposición— en un proceso formativo intensivo que cerró con una jornada final en Las Majadas de Pirque.

En este contexto, conversamos con la académica de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, Patricia Peña, una de las expositoras del programa, quien advierte sobre los desafíos actuales del ecosistema informativo y el rol que deben asumir los liderazgos políticos.

Peña señala que es fundamental que quienes aspiran a ejercer cargos políticos comprendan en profundidad cómo opera el fenómeno de la desinformación, especialmente en contextos electorales, pero también en otros ámbitos de la vida pública.

“Hoy enfrentamos un entorno informativo donde no solo circulan noticias falsas, sino donde todo puede ponerse en duda o ser calificado de noticia falsa, lo que genera desconfianza en la ciudadanía”, señaló.

“Para abordar este desafío, necesitamos entender cómo interactúan las plataformas digitales, los medios tradicionales y las narrativas que emergen desde el mundo político”, recomendó.

Patricia Peña

Periodista y licenciada en Comunicación Social, magíster en Comunicación Social por la Universidad Diego Portales y Máster Research en New Media, Information and Society por The London School of Economics and Political Science (Inglaterra). 

Es directora de la Fundación Datos Protegidos, organización dedicada a la promoción y defensa de los derechos digitales y la protección de datos personales en Chile y América Latina. Es académica e investigadora de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, donde coordina el Diplomado de Postítulo en Proyectos de Comunicación Digital y es profesora del Magíster en Comunicación Política. 

Formó parte de la Comisión Asesora contra la Desinformación del Gobierno de Chile, contribuyendo con su experiencia en libertad de expresión y verificación de información.

—¿Por qué es importante entregar herramientas sobre desinformación a quienes aspiran a liderar?

—Quienes buscan llegar a cargos de representación pueden ser blancos de campañas de desinformación. Por eso, es clave que comprendan cómo funciona este fenómeno, cómo identificarlo y cómo responder si se ven afectados por contenido falso o manipulador que dañe su imagen o el mensaje que buscan comunicar. Pero también necesitamos que se conviertan en actores activos de un entorno informativo más confiable, donde no se amplifiquen noticias falsas ni se reproduzcan discursos engañosos, especialmente en tiempos de elecciones.

—¿Qué rol pueden jugar en este desafío?

—Las y los futuros líderes pueden ser aliados en esta tarea: no solo evitando la desinformación, sino también frenando su circulación. Hoy enfrentamos riesgos como el uso de inteligencia artificial generativa para crear deep fake, audios o videos falsos. Entonces, los estamos invitando a ser mediadores y responsables comunicadores de sus ideas. Procurar un diálogo político —que necesitamos como país— que sea mucho más confiable, seguro y que efectivamente nos permita un intercambio de ideas. Que no esté polarizado.

—¿Por qué es clave que las universidades se involucren en la formación de nuevos liderazgos?

—Las universidades generamos evidencia, producimos conocimiento. Pero ese conocimiento no puede quedarse solo en papers o salas de clases. Debe dialogar con la ciudadanía, aterrizar en los territorios y transformarse en herramientas concretas para fortalecer nuestra democracia. Hoy tenemos la oportunidad —y la responsabilidad— de contribuir activamente a formar liderazgos preparados, éticos y conectados con las necesidades reales del país.

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